viernes, 10 de agosto de 2007

ADAPTACIONES





Material elaborado en el Curso de INTERNET
Elaborado por: María Teresa Martínez Aceves
Mtra. De la Academia de Biología
Plantel 03 Iztacalco
Instructora: Alma Rosa Cruz Reyes

ADAPTACION

Los Factores ambientales son de gran importancia para determinar que organismos se van a desarrollar en determinados ambientes.
Entonces sabemos que bajo estas condiciones los organismos para poder sobrevivir deben de adecuar características de tipo morfológico, fisiológico o conductual para mantenerse en ese ambiente. Si no lo hicieran desaparecerían.

En este capítulo vamos a tratar una de las características importantes y extrañas que se presenta en el maravilloso mundo natural, tomando algunos ejemplos.



LOSCOLORES DE LOS ORGANISMOS EN EL OCEÁNO. MIMETISMO
LA COLORACIÓN de los seres vivos marinos presenta una extraordinaria variedad y riqueza que hasta se puede considerar compite ventajosamente con las más bellas y policromas de las especies terrestres que se encuentran en los continentes. Estas coloraciones que tienen los vegetales y animales marinos se deben a los efectos de los fenómenos de reflexión o difracción de la luz y a la presencia de sustancias químicas llamadas pigmentos que se encuentran distribuidas en los tejidos que forman su cuerpo.
En los vegetales marinos las coloraciones se originan principalmente por la presencia de estos pigmentos, aunque pueden encontrarse, en ocasiones, determinados brillos debidos a fenómenos de bioluminiscencia, por la oxidación de algunos compuestos químicos que contienen fósforo, que se encuentra en las células que forman su cuerpo, como en Noctiluca, un vegetal microscópico del plancton marino, que cuando abunda hace que el agua brille, sobre todo en las noches oscuras.


Los pigmentos que dan color a las plantas marinas han sido denominados asimiladores, debido a que permiten al vegetal fijar las radiaciones del Sol para transformar la materia inorgánica en orgánica durante la fotosíntesis. Estos pigmentos, que tienen diferentes colores, son: la clorofila, la xantofila, la ficofeína, la ficoeritrina y la ficocianina.
En los animales marinos se va a encontrar también gran diversidad de tonalidades, algunas producidas por pigmentos característicos del reino animal, como la melanina; pero en muchas ocasiones originadas por la reflexión y difracción de la luz, cuando ésta incide sobre las estructuras del organismo produciendo brillos metálicos e irisaciones, o sea, la formación de reflejos de la luz en todos los colores del arco iris o algunos de ellos.
Los pigmentos propios de los animales marinos suelen estar difundidos entre sus tejidos y principalmente en los epiteliales, formando grupos de mayor o menor extensión en unas células pigmentarias especiales llamadas también cromatóforos, como las que existen en los vegetales. En otras ocasiones son la hemoglobina, pigmento rojo de la sangre de los peces, o la hemocianina, pigmento azul de la sangre de los invertebrados, los que comunican su coloración a los organismos, como ocurre en algunos peces como el huauchinango que presenta tonalidades más rojas conforme mayor cantidad de hemoglobina presente; o en el de algunos gusanos que se mueven entre la arena de las playas, cuyo cuerpo transparente se colorea en tonos azulados cuando se acumula su sangre en las regiones periféricas de su cuerpo, como sucede en ciertos poliquetos.

En los animales marinos se va a encontrar también gran diversidad de tonalidades, algunas producidas por pigmentos característicos del reino animal, como la melanina; pero en muchas ocasiones originadas por la reflexión y difracción de la luz, cuando ésta incide sobre las estructuras del organismo produciendo brillos metálicos e irisaciones, o sea, la formación de reflejos de la luz en todos los colores del arco iris o algunos de ellos.
Los pigmentos propios de los animales marinos suelen estar difundidos entre sus tejidos y principalmente en los epiteliales, formando grupos de mayor o menor extensión en unas células pigmentarias especiales llamadas también cromatóforos, como las que existen en los vegetales. En otras ocasiones son la hemoglobina, pigmento rojo de la sangre de los peces, o la hemocianina, pigmento azul de la sangre de los invertebrados, los que comunican su coloración a los organismos, como ocurre en algunos peces como el huauchinango que presenta tonalidades más rojas conforme mayor cantidad de hemoglobina presente; o en el de algunos gusanos que se mueven entre la arena de las playas, cuyo cuerpo transparente se colorea en tonos azulados cuando se acumula su sangre en las regiones periféricas de su cuerpo, como sucede en ciertos poliquetos.
Los cromatóforos se pueden observar fácilmente en algunos animales como los moluscos cefalópodos, a los que pertenecen los calamares, en los que las células pueden contraerse o distenderse produciendo la concentración o dispersión del pigmento, generalmente la melanina, lo que permite cambiar, de manera rapidísima, la coloración que va del gris claro al negro.
En el caso de los peces, la región dorsal, que está en contacto con mayor cantidad de luz, siempre presenta una coloración más intensa que la zona ventral, que es más clara. Cuando los cromatóforos son policromos, por presentar más de un pigmento, al recibir mayor cantidad de luz estos gránulos pigmentarios se reparten y se concentran en diferentes zonas del animal, produciendo los más variados efectos cromáticos.
En algunos cangrejos, las células de los cromatóforos van a reaccionar, principalmente, por la acción de estímulos transportados por el sistema nervioso que se encuentra ramificado bajo su piel, el cual registra los cambios que se presentan en el medio: cuando identifican alguna presa cambian rápidamente la pigmentación de su cuerpo, tratando de confundirse con el medio para no ser descubierto y así atraparla.
Los peces, por estados de excitación, pueden sufrir cambios en la coloración y es común ver, sobre todo en los que viven en los arrecifes coralinos, cómo cambian de color al ser estimulados por la presencia de algún organismo de mayor tamaño. Esto también se presenta en los calamares, los que se excitan de una manera extraordinaria, manifestándose esa excitación por cambios intensísimos y muy rápidos de la coloración, llegando a formar oleadas que recorren su cuerpo de un extremo al otro, como consecuencia de la contracción y expansión rítmica de las células de los cromatóforos de las diferentes regiones del cuerpo.
En otras ocasiones, en los cambios de color intervienen los órganos de los sentidos y respuestas dirigidas por el cerebro, por lo que se les ha llamado voluntarios, y los animales marinos uniforman sus coloraciones con las del medio ambiente que les rodea. Esta propiedad llega a un perfeccionamiento extraordinario, como el famoso caso de los rodaballos, peces de la familia de los lenguados que, colocados sobre un tablero de
ajedrez, su cuerpo toma la coloración de los cuadros blancos y negros del tablero con gran perfección y con mayor rapidez cuantas más veces se repita el experimento. La comprobación de que los cambios de coloración son voluntarios se ha hecho cortando a los mismos individuos los nervios ópticos, y observándose que desde ese momento dejan de reproducir los colores del medio sobre el que se encuentran.
Infinidad de animales del mar, debido a sus tonalidades y a sus formas, pueden pasar inadvertidos a los ojos de sus enemigos y perseguidores vistiéndose del color más adecuado para confundirse con los objetos que le sirven de fondo, con el fin de disimular su contorno y que su cuerpo no destaque sobre él.
El poder imitativo resulta extraordinario, hasta el extremo de que en muchas ocasiones es realmente difícil distinguir estos animales que han sido llamados maestros de la hipocresía y el engaño; a este fenómeno se le denomina mimetismo y lo han estudiado minuciosamente los biólogos, llegando a registrar casos notables de la manera en que los animales del mar tienen como uno de sus mecanismos defensores la facultad de imitar al medio ambiente que les rodea.
Se puede considerar que muchos de los animales que nadan en las aguas de los océanos, por la cantidad de agua que tienen en su cuerpo, "se disfrazan de agua", valga la frase. Las medusas o aguasmalas y los ctenóforos o farolitos de mar son completamente transparentes, de tal modo que dentro del agua no son visibles, o sólo se perciben ligeras trazas de su cuerpo. En otras ocasiones estos organismos que flotan en el agua toman un color azul ultramar o violeta con el que imitan el matiz que adquieren las grandes masas líquidas oceánicas.



http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen1/ciencia2/24/htm/sec_11.html
Un caso curioso es el de las sardinas y las macarelas, cuyo dorso tiene un color azul oscuro y su vientre es intensamente plateado. Este hecho singular se debe a que dichos peces tienen que librarse de dos clases de enemigos: los que los observan por encima y los que los atacan por debajo. La coloración de estos peces trata de engañar a unos y a otros. Los que viven por encima de las aguas, como las aves marinas, son burlados por el

color azul del dorso que apenas destaca sobre el azul del mar. Cuando se observa desde el fondo del agua a estos peces, la superficie ventral tiene el aspecto brillante de un espejo, ya que las escamas plateadas del pez son un elemento para reflejar la luz y contribuir de esta forma a que el cuerpo aparezca confundido con los brillantes destellos de la inquieta superficie del mar.

Los moluscos que presentan su concha laminar, como las lapas y los abulones u orejas de mar, y que viven sobre las rocas, tienen por fuera de su concha un color oscuro indefinido que impide que se destaquen sobre la superficie de la roca, dejando las bellezas del brillo y del color para la parte interna de la concha, aquella que por quedar adosada a la roca y cubierta en parte por el animal puede presentar los más ricos matices sin denunciar su presencia.

la mayor parte de su tiempo ocultos en pequeñas cavernas, desde donde acechan a los diminutos cangrejos o pececillos que puedan servirles de sustento, cambian de color y de aspecto cuando las circunstancias así lo exigen al presentarse algún cambio en el ambiente que los rodea. Tranquilo se deslizan entre las rocas cubiertas por la policroma vegetación submarina; su color es pálido, suave, apacible, pero basta la menor contrariedad o que cualquier peligro los amenace para que su aspecto cambie en pocos segundos: sus brazos se repliegan en actitud defensiva o amenazadora, su coloración se torna oscura y tenebrosa, y todo su cuerpo se eriza de aparentes y terribles aguijones, que no son más que inofensivas rugosidades de su piel irritada. El color del animal durante estos estados de irritación no permanece invariable, sino que en él se producen cambios y alteraciones que recorren todo el cuerpo en oleadas cromáticas que contribuyen a acrecentar su aspecto iracundo.

Durante este comportamiento el pulpo da la impresión de que su piel no se encuentra en reposo, ya que está en perpetuo trajín, en continua excitación que se trasluce al exterior por las variaciones de matiz, verdadera gesticulación cromática que revela la turbulenta agitación del pulpo, con la que sin duda pretende atemorizar a su adversario o tal vez expresar con toda sinceridad el temor que le embarga. Un espectáculo curioso es observar cómo el color de este animal se caracteriza con la mayor destreza con los colores de los objetos que le sirven de fondo, disimulando astutamente su presencia, justamente temida por tantos pobladores del mar víctimas de su voracidad.


Basta lo expuesto sobre las maravillosas coloraciones de los seres vivos que pueblan el océano y de su habilidad para confundirse con su medio, por el fenómeno de mimetismo, para mostrar la cautela que deben tener los estudiosos y los curiosos amantes de la naturaleza, con objeto de no ser despistados por engañosas apariencias que los conduzcan a interpretar falsamente sus observaciones.

Después de haber leído este artículo identifica los diferentes tipos de adaptación.